Siempre es igual.
Construyes tus sueños aplicándote a fondo en lo que quieres.
Pero, afortunadamente, ya no tienes que ir a la escuela por obligación.
Eso era antes.
Ahora te apuntas en actividades que te apetecen porque piensas que pueden mejorar tu vida, y eso te proporcionará un buen futuro.
No deja de ser cierto. Si ahora haces cosas que impactan positivamente tu salud y tu bienestar, tienes muchas posibilidades de obtener buenos resultados a la larga.
Hasta aquí todo en orden.
La cuestión es que la mayoría de las personas hacen esto siguiendo su intuición y sus ganas, pero no se plantean mucho más.
TENER CLARO EL PROCESO
Uno de los hábitos de la gente altamente eficaz es que siempre que empiezan algo, lo hacen con el final en mente.
Saben muy bien lo que esperan conseguir con cada acción.
Es lógico.
Porque teniendo muy claro el blanco hacia el que apuntas, es mucho más fácil afinar el tiro.
Pero no es solo eso.
Esta forma de enfocarlo te permite definir con mucha claridad los pasos que tienes que dar para llegar a cualquiera de tus objetivos.
Te ayuda a definir el Proceso.
Puede que no suelas concederle demasiada atención al tema, y pienses que simplemente te apetece hacer esto o lo otro, y ya está.
Pero eso te sitúa exclusivamente en el entusiasmo y en las ganas de este momento, sin tener en cuenta que muchos días eso cambiará, ¡y mucho!
Llegarán los momentos en los que la idea de practicar no te seduzca nada de nada. Las mañanas en las que te mueras por quedarte en la cama en lugar de ponerte a hacer yoga, salir a correr.
Las tardes de invierno donde no te apetezca moverte de casa.
Y con ellos llegará también la tentación de empezar a hacer rebajas a tu propósito inicial, que suele ser el principio del abandono.
Nos pasa a todos, que nos entusiasmamos con una idea, y que nuestra motivación es muy alta mientras dura la luna de miel. Pero al poco tiempo comienzan a surgir los inevitables obstáculos.
Días en los que no tienes ganas, o en los que se te ocurren mil cosas mejores que hacer.
Y entonces empieza la negociación de si es hoy cuando te saltas tu rutina o no.
Son las pequeñas batallas cotidianas que te toca pelear. El combate entre lo que te apetece, (o no te apetece en este momento), y lo que dijiste que querías hacer.
5 PASOS PARA UNA BUENA ESTRATEGIA
Es verdad que mantenerte firme cuesta, sobre todo al principio.
Pero cuando tu objetivo no se traspapela y en el primer plano de tu conciencia está el beneficio que esperas obtener, es mucho más fácil atenerte a tu plan inicial y hacerte con la victoria.
Seguro que te has enfrentado a esa situación más de una vez, o más de cien. Y puede que te preguntes cómo vas a hacerlo para que el desafío no te vuelva a tumbar.
Para mí la cosa está clara.
1- Primero, como ya te he dicho, defines muy bien el objetivo que quieres conseguir, y los pasos que tendrás que dar para ello. Aquí te puede ayudar aquel artículo titulado una forma realista de lograr lo que te propongas
2- Una vez claro el plan, decides que no te lo vas a saltar ni un día a menos que te caiga un piano de cola encima.
Y a la vez, reconoces que llegará el momento en el que esta determinación, tan clara ahora, se verá atacada.
3- Cuando las ganas comiencen a flaquear te das cuenta de que estás en “uno de esos momentos” que ya esperabas: ¡nada del otro mundo!
4- Entonces te preguntas:
“¿Cómo me sentiré si le gano la partida a la pereza?”
y también,
“¿Cómo me sentiré si ella me gana a mí?”
Ya sé que no tienes bola de cristal, pero cuentas con un histórico lo suficientemente amplio como para hacer una buena predicción
5- Y por último, tómate medio minuto (puedes hacerlo también ahora mismo) para imaginarte cómo cambiará esto tu vida. Cómo habrás cambiado allá por mayo, cuando acabe el curso; o en un año; o en tres, si ganas consistentemente un asalto tras otro.
SER QUIEN QUIERES SER
El futuro nos suele dar mucho yuyu, pero hay una forma muy simple de ponerlo a tu favor.
Consiste en empezar a ser AHORA la persona que quieres ser.
Cada acción tiene después su efecto.
Cada momento prepara el siguiente.
Igual que un buen día comienza la tarde anterior, cuando decides plegar pronto para tener un descanso óptimo, tu futuro comienza hoy.
El presente es el único momento en el que tienes la capacidad de decidir.
Así que, sea lo que sea lo que estés pensando hacer, encuádralo en el amplio marco de tu vida.
Pero ten también claro que tendrás que hacerlo realidad pincelada a pincelada, con el trabajo de cada momento.
Uno de los trucos que utilizamos para fomentar nuestra perseverancia es apuntarnos en una actividad. El hecho de comprometerte y pagar te ayuda a no saltarte sesiones.
Pero, aunque esto ayuda, y mucho! hay un paso previo, que tiene una potencia enorme.
Me refiero a la Identidad.
Se trata de decidir quién quieres ser, y hacer las cosas que haría esa persona.
Por ejemplo:
Si llego a la conclusión de que quiero ser el tipo de persona que invierte en su autocuidado, es más probable que elija actividades que me ayuden a sentirme bien.
Desde esta identidad: “yo soy de las que se cuidan” me costará menos proporcionarme el movimiento que necesito, o elegir los alimentos que mejor me van. Será más fácil que proteja mi mente de informaciones que la agiten, o que evite conflictos innecesarios. Me costará menos buscar espacios de calma o experiencias novedosas que me estimulen.
Decidir quién quieres ser te resultará de mucha ayuda a la hora de producir los comportamientos que apoyen esa visión de ti.
Te propongo que pienses quién quieres ser y qué quieres conseguir.
Que busques lo que podría ayudarte con eso.
Y que visualices con mucha claridad la diferencia en cómo te sentirás si mantienes tu Propósito y tus Medios en el tiempo, o si los abandonas.
No te lo tomes a la ligera.
Tu futuro depende de ello!!!
Imagen destacada: javier-allegue-barros-en-unsplash