En la base de las muchas, muchísimas razones para practicar el tan traído y llevado Mindfulness está el ser más feliz. Y con ser feliz me refiero a vivir más satisfecha y más en paz conmigo misma y con los otros.
Sentir que mi existencia merece la pena.
No creo que nadie dijera que no a la pregunta que encabeza este artículo:
¿Quieres ser un 25% más feliz?
Pues si la respuesta es SI te diré que despiertes el increíble poder del agradecimiento.
-“¿¿¿Agradecimiento?!!!
¿Era eso???
¡Pues vaya cosa!”
-“¿Y para eso hace falta Mindfulness????”
– Vale, no parece nada del otro jueves. No obstante te sugiero que no te precipites y tengas la paciencia de seguir leyendo. Muchas veces las cosas más poderosas se ocultan tras una apariencia de lo más simple.
Puede que no te hayas planteado que el agradecimiento es la materia básica de una vida feliz.
Y para construir esa vida que deseas tienes que empezar por ser un poco más consciente.
Cuando agradecemos algo significa entre otras cosas que nos damos cuenta de ello.
Pero también que somos capaces de apreciarlo y celebrarlo, con lo que estamos en mejores condiciones de disfrutarlo plenamente.
Pero agradecer implica tener en cuenta cosas que muy frecuentemente nos pasan desapercibidas. Y para tomar conciencia de lo que está delante de tus narices pero no te estás enterando, el Mindfulness es una herramienta de primer orden.
SER CONSCIENTE DE MI
Empecemos por barrer dentro de casa.
Ser consciente de mí misma implica conocer mis sentimientos y necesidades. Saber qué es realmente importante para mí. Tener claro que necesito para que mi vida sea de verdad una buena vida.
Por supuesto no me refiero al típico tópico del yate en las Bahamas o de la cuenta de banco a rebosar. Estoy hablando de empezar por las necesidades básicas puras y duras.
Según investigaciones realizadas sobre el nivel de satisfacción que aporta el dinero, parece ser que el dinero SI puede dar la felicidad. Solo que eso ocurre cuando se trata de satisfacer estos básicos imprescindibles.
Está comprobado que más allá de un cierto nivel, que tampoco es muchísimo, más posesiones no implican necesariamente más felicidad (e incluso pueden llegar a entorpecerla seriamente).
Cuando soy consciente de mí, de lo que necesito y de lo mucho que ya tengo en comparación con lo que tienen la inmensa mayoría de los seres humanos no me queda otro remedio que sentirme parte de la jet set del planeta. Puedes mirar estas estadísticas el mundo en 100 personas por si necesitas caerte del guindo.
MIRAR UN POCO FUERA
También conviene echar un vistazo fuera de mi para ver qué me aportan los de mi alrededor.
La mayoría de nosotros hemos sido educados en un sistema enfocado en señalar como primera medida lo que está mal. Pero no como una oportunidad de aprendizaje, que es para lo que sirven los errores, sino como una forma encubierta de censura. Una especie de castigo que se aplica a los demás por no haberme proporcionado aquello que necesito de la forma específica en la que yo lo quería.
Solemos quejarnos de la gente que nos rodea; de lo que hacen o no hacen; de cómo deberían hacer las cosas.
Pero sobre todo con los más cercanos, a base de enfocarnos en lo que no nos gusta, muy a menudo les negamos uno de los regalos más hermosos que podemos ofrecerles: nuestra generosidad más auténtica.
GENEROSIDAD: NO SOLO LO QUE ES ORO RELUCE
De las muchas formas que tenemos de expresar la generosidad, la relacionada con dar cosas materiales es la más obvia, la más popular, y la que mejor entendemos. Pero no la única desde luego.
Podemos apoyar de muchas maneras prácticas.
Podemos dar ayuda económica, y también aportar nuestro trabajo para hacerle la vida más fácil a otros.
En un plano más intangible, pero igualmente importante, podemos dedicar nuestro tiempo o compartir nuestros conocimientos para transmitir nuestro apoyo a los demás.
Pero muy a menudo se nos olvida ser generosos con una de las cosas que nosotros mismo más necesitamos de los otros: el reconocimiento.
El ofrecer nuestro reconocimiento sincero, el ser magnánimos con el halago sentido es una de las músicas más dulces con las que podemos acariciar a nuestros congéneres
DAR DESDE EL CORAZÓN
No se trata de la burda adulación ni de dorarle la píldora a nadie. Hablo de poner en palabras el aprecio por lo que los demás hacen. De reconocer el esfuerzo y las ganas que los demás le han echado a algo en concreto. Hablo de valorar lo que cada ser humano imprime a su trabajo; sea mucho o poco. Sea lo que nosotros esperábamos o no.
Y esto va más allá de decirle a la gente que todo está bien. Se puede decir lo que necesita mejorarse sin pasar por alto lo que sí se ha conseguido, y el tiempo y la energía que los otros han puesto en ello.
Y esto que a priori parece un acto magnánimo de mí hacia afuera, se convierte a la larga en la mejor de las inversiones. Porque cuando los demás se sienten reconocidos van a querer colaborar conmigo y ofrecerme de vuelta al menos un poco de lo que de mí reciben.
De esta forma me convierto no solo en un apoyo, sino también en una inspiración.
De esta forma disuelvo la perversa herencia de resaltar lo malo, rescatando con mi aprecio lo mejor de cada persona con la que me encuentro. Y eso, llámame zumbada si quieres, pero te aseguro que cambia el mundo.
LO QUE EL MINDFULNESS TE OFRECE
Así que dándome cuenta de lo mucho que está a mi alcance y comprendiendo y apreciando lo que me aportan los demás puedo dejar de quejarme de una vez.
Puedo pasar de la identidad de víctima de la vida y de las circunstancias -y de la incompetencia y la desconsideración ajenas! ;)- a asumir mi responsabilidad de privilegiada.
Significa además que puedo por fin abandonar la mentalidad de escasez. Dejar de enfocarme en lo que me falta para mudarme al reino de la abundancia y el contento.
Cuando sentimos que la vida nos niega lo que necesitamos, a menudo estamos pasando por alto un sinfín de cosas que SI tenemos. Pero a base de disfrutarlas todos los días hemos llegado a darlas por sentadas.
Así acaban convirtiéndose en insignificantes, no dignas de mención.
Y para esto SI necesitamos Atención Plena, que es lo que significa la palabra Mindfulness.
VENGA, QUE NO ES PARA TANTO!
Y si lo que ya tienes no te parece nada del otro jueves, puedes probar a imaginarte como sería vivir sin ello; cómo sería no disponer de lo más básico: el agua, la luz, una cama al final del día… la wifi!!!XD
Cómo sería no poder ponerte sobre tus pies cada mañana, vestirte sin ayuda, y caminar.
Cómo sería no ver nada de nada, no tener nadie a quien le importes, tener dificultades para digerir la comida o respirar…
Todos necesitamos urgentemente tomar conciencia de lo que podrían ser nuestras vidas sin estas cosas. De esta forma podremos darnos cuenta de lo grandes que son aunque la mayoría de las veces pasen tan desapercibidas….
Y a ti, te parece suficiente???
Seguro que si has estado tres días sin agua en casa, has experimentado una crisis de asma, inmovilidad prolongada u otras cosas parecidas sabes exactamente a qué me refiero.
Puestos a pedir, faltar, siempre va a faltarnos algo, pero es una pena arruinar las cosas que nos ofrece la vida solo porque hay “otro algo más “en nuestra lista de deseos.
Robert A. Emmons, es uno de los pioneros en la investigación del agradecimiento. Ha comprobado en sus experimentos que cuando enfocamos nuestra mente y nuestro corazón en las cosas por las que nos sentimos agradecidos nuestro nivel de satisfacción en la vida aumenta en un 25%!!!
Si, en serio,
Emmons comprobó que tras dedicar tan solo 5 minutos semanales a agradecer cosas ya presentes en su vida, los participantes en el experimento incrementaban en un 25% su nivel de satisfacción y por lo tanto su felicidad.
SOLO CON ESO!
COMPRUÉBALO TU MISM@
Pero no hace falta que te lo creas.
Compruébalo tú mism@
Te propongo que cada día al levantarte o antes de dormirte pienses en 3 o 4 cosas que consideres bueno tener en tu vida.
Puede ser algo tan “simple” como disponer de agua caliente para ducharte, el desayuno, poder disfrutar de la tecnología… O algo más personal y relevante como la compañía de tus seres queridos.
Puede ser no estar postrado en una cama de hospital, o la esperanza y la determinación de mejorar tu vida…
No se trata de soltar un escueto “gracias por tal o por cual”. Tiene que ver con darle tiempo a tu cerebro a reconocer y grabar las sensaciones de bienestar. De esta forma no pasan de largo o con un “si, ya!, eso siempre está ahí …”
El cerebro necesita ser consciente e impregnarse de una información al menos 30 segundos antes de registrarla como algo significativo.
Dedica alrededor de un minuto a reconocer y celebrar la fortuna de tener cosas buenas en tu vida; un minuto al día son siete a la semana, con lo que ya vas sobrado conforme al experimento de Emmons! 😊
Prueba a dedicar UN MINUTO, solo uno al día!, a reconocer y celebrar las cosas buenas que ya tienes. Saborea la sensación de bienestar que te producen, experimenta el alivio de que no te falten.
Una cascada de pequeños milagros que al reconocerlos nos ayudan a tomar conciencia de lo afortunados que somos. Una acción pequeña pero extremadamente poderosa que da a nuestra vida un brillo que no esperábamos!
Prueba y dentro de unas pocas semanas me lo cuentas!!! 😉
Créditos de las imágenes
Portada: oleksandr pidvalnyi en pexels
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