Por muy distintos que parezcamos, y a veces seamos los seres humanos, tenemos un punto donde todos sin excepción coincidimos matemáticamente.
No importa la localización geográfica, la raza o la época de la historia a donde te vayas. Da igual el credo, la profesión, o las cosas que nos gustan. Ni siquiera importa ese punto de exclusividad que todos y cada uno tenemos y que nos hace tan únicos como nuestras huellas dactilares.
Mires donde mires, la motivación fundamental de toda la actividad humana es experimentar satisfacción. La famosa búsqueda de la felicidad.
Esta razón, tan de eslogan publicitario, está en la base de todos nuestros deseos, y, por extraño que pueda resultar a veces, es el motor de todo lo que hacemos.
Digo lo de “extraño”, porque con mucha frecuencia parece que buscamos el bienestar donde no es, y vamos en la dirección opuesta a donde podríamos encontrarlo. Si te ha tocado lidiar con la tendencia destructiva en ti o en los demás, sabrás a qué me refiero.
Entiendo que te parezca raro. Hacer cosas que te dañan, boicotear tus propias intenciones, o echar a perder las relaciones que te importan, no parece una forma muy eficaz de intentar ser feliz.
Y, sin duda no lo es, pero en un nivel profundo tiene su lógica.
DAVID CONTRA GOLIATH
Por más que tú te creas que eres dueño de tus pensamientos y emociones, todo tu mundo interno está gobernado por dos fuerzas totalmente desproporcionadas: el consciente y el inconsciente.
El consciente, la parte que recuerdas y controlas, es pequeñita, casi insignificante. Representa menos del 10% de tu experiencia, y es, evolutivamente hablando, una parte muy muy nueva que aún no hemos aprendido del todo a manejar. Si se pone, puede tomar decisiones sobre la información que acepta, crear pensamientos, y elegir cuáles de ellos quiere dejar crecer.
El inconsciente, en cambio, es casi lo opuesto. Es un gigante muy primitivo dueño de más del 90 % de lo que experimentas.
Va por completo a su bola creando de forma automática todo tipo de respuestas a lo que percibe. Cualquier suceso externo, cualquier sentimiento o recuerdo, por vago y lejano que sea, desata una cascada de sensaciones, de emociones, y de imágenes aleatorias incomprensibles para el consciente.
Rescata experiencias de las que ni siquiera te acuerdas y, antes de que te des cuenta, puedes encontrarte reaccionando a ellas de formas que desafían toda lógica.
Tú te crees que controlas la situación. Pero la mayor parte del tiempo tu pensamiento y tus actos están condicionados por lo que viviste en el pasado, solo que ni siquiera lo sabes.
Como ves, una partida bastante desigual en la que un cavernícola grandullón amenaza con pulverizar a un David urbanita que parece un microbio a su lado.
Pero si a ti también te contaron la historia, ya sabrás que el pequeñajo tiró de ingenio y se lo montó para ganarle la partida al gigante.
NO TE CREAS TODO LO QUE PIENSAS
Tu única oportunidad de decisión real está en pararte a observar antes de que tu oponente te tenga contra las cuerdas.
El “problema” es que todo lo que experimentas suele generar una narrativa mental. Una historia con la que tu cabeza trata de darle sentido a lo que está viviendo. Y estas películas no siempre trabajan a tu favor.
De hecho, demasiadas veces lo que nos cuentan esas historias sobre lo que está ocurriendo nos hace mucho más daño que los hechos en sí mismos.
La mente coge carrerilla y rellena los vacíos de información, las cosas de las que no puedes estar segura, con tus temores más inquietantes. Y así puede fabricarte antes de que te des cuenta una historia de terror a tu medida que parece tan real que ni siquiera dudas de ella.
Tu panorama futuro se puebla entonces de oscuras posibilidades: enfermedades tremendas, miserias económicas, pérdida de tus seres queridos, de tu posición, o de tu juventud… Todo ello mientras la situación objetiva es que nada de esto está ocurriendo ahora y que te encuentras en medio de la noche a salvo en tu cama, por ejemplo.
La estrategia aquí es darte cuenta, si no de las motivaciones profundas de lo que sientes, al menos sí de los pensamientos, las emociones y los impulsos que se generan en ti.
Ser consciente de lo que está sucediendo, aunque no comprendas de donde viene, es el primer requisito para poder hacer algo al respecto. Porque solo cuando lo inconsciente se hace consciente puede ser cuestionado y transformado.
PENSAMIENTO NEUTRO: JUEGA EN TU CAMPO
Interrumpir el patrón automático y elegir lo que vas a hacer activa los centros ejecutivos, los mecanismos más modernos del cerebro sobre los que sí tienes control.
Se trata de identificar lo que surge en ti, y decidir si es coherente con tus intereses y valores en lugar de limitarte a reaccionar a ello y obedecerlo ciegamente.
Pero la mayoría de la gente no se da cuenta de que no son los hechos en sí mismos los que son buenos o malos, sino su forma de entenderlos.
La interpretación que das a las cosas crea la experiencia que tienes de ellas.
Esa es la razón por la que dos personas pueden evaluar de forma tan diferente el mismo hecho.
Lo ilustra muy bien esa historia de los dos vendedores de zapatos que, cada uno por su lado, van a África a principios de siglo XX buscando negocio.
Al llegar ambos mandan un telegrama a casa.
Uno de esos mensajes decía: “Nada que hacer. Me vuelvo. Aquí nadie usa zapatos.”
El otro, que encontró el mismo panorama, escribió diciendo: “Gran oportunidad. Aquí TODAVÍA nadie lleva zapatos!!”
Misma realidad, diferente enfoque.
Así que te sugiero poner en cuarentena lo que tu mente te cuenta y limitarte a ver lo que hay tal y como es. Hacer un inventario de lo que estás experimentando totalmente libre de juicio. Esto es pensamiento neutro.
ELEGIR ES PODEROSO
Y luego viene la segunda parte: tu elección.
” Y yo, ¿qué quiero??? “
Porque tú algo tendrás que decir en todo esto, no???
Esta sencilla pregunta que parece tan evidente se nos olvida con mucha frecuencia. Y solemos confundir la respuesta auténtica con lo primero que se nos pasa por la cabeza o con nuestros impulsos más inmediatos.
Demasiado frecuentemente te dejas embaucar por tus estados de ánimo o la gratificación inmediata, aunque no estén alineados con tus propósitos más deseados.
Y así, echas boletos para la decepción en lugar de apostar fuerte por lo que es más importante para ti.
“¿Qué quiero realmente?”, es una pregunta poderosa que te obliga a pararte y conectar con tu voluntad.
Así empiezas a sopesar si las cosas encajan o no con tus valores, y a responder en lugar de reaccionar de forma automática.
Esta es la llave de tu libertad.
Naturalmente, el cuestionamiento tendrá que ir acompañado de un buen plan de acción para satisfacer tus deseos.
Curiosamente, la mayoría de la gente pasa más tiempo planeando sus vacaciones que su vida. Son las mismas personas que luego se preguntan por qué no obtienen lo que desean…
“Qué es importante para mí; que quiero; y qué voy a hacer para conseguirlo” es posiblemente la reflexión más útil e importante que harás en toda tu vida.
Ya lo sabes.
Dar vueltas a la cabeza sin ton ni son a cosas que o ya no tiene remedio o aún no han ocurrido no es de ninguna ayuda.
Centrarte más en los problemas que en la solución tampoco.
LA PÍLDORA DE LA FELICIDAD
“Supón que te dicen que hay una pastilla que puedes tomar una vez al día y que reduce la ansiedad y aumenta tu satisfacción. ¿La tomarías?
Supongamos también que esa pastilla tiene una gran variedad de efectos secundarios, todos ellos beneficiosos: que incrementa la autoestima, la empatía, la confianza e incluso mejorar la memoria.
Finalmente, supón que esa píldora es completamente natural y no cuesta un céntimo.
¿Te la tomarías ahora?
Esa pastilla existe.
Se llama Meditación”
De acuerdo que suena un poco a ciencia ficción, por eso he preferido que te lo dijese una auténtica autoridad en la ciencia del bienestar.
Jonathan Haidit es psicólogo social y profesor de Liderazgo Ético en la universidad de Nueva York. Ha escrito varios libros entre los que se encuentra “La hipótesis de la felicidad” a donde pertenece el fragmento de arriba.
Meditación y Mindfulness no son exactamente lo mismo, aunque están estrechamente relacionados y se apoyan mutuamente.
Y esta son las principales razones por las que, como millones de personas en todo el mundo, en Xendan practicamos Mindfulness. Queremos tomar posesión de nuestra salud y nuestra propia vida.
No de los acontecimientos externos, que son prácticamente incontrolables, sino de la respuesta que les damos.
Cultivas la Atención Plena para no ser esclavo ni víctima de tus estados y poner la mente, el tiempo y la energía en las cosas que suman a tu bienestar y a tu felicidad.
Buscas comprender tus prioridades, las cosas realmente importantes para ti y diseñar y ejecutar acciones coherentes con ellas.
Quieres identificar y apartar lo que boicotea tus propósitos.
Y así, sentir satisfacción siendo quién eres, y creciendo para ser la mejor expresión de lo que puedes llegar a ser.
Todo esto, y mucho más, será lo que practicaremos en nuestra próxima MAÑANA DE MINDFULNESS titulada
MINDFULNESS PARA QUE TU MENTE NO TE GANE LA PARTIDA
Será nuestro último monográfico antes del verano.
Tienes todos los detalles en este artículo

El objetivo es que tengas la información y las herramientas necesarias para que tu mente deje de jugarte malas pasadas y aprenda a hacer lo que tú necesitas que haga.
Si lo que te cuento te resuena, te animo a que no dejes pasar esta oportunidad.
Será una alegría participar en tu Transformación
Que tengas un magnífico día