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ANSIEDAD Y ESTRÉS: PIÉRDELES EL MIEDO!!!

 

Estos días atrás he tenido noticias de una compañera que está pasando un mal momento.

 

Hablaba de ansiedad,

de insomnio,

de verse desbordada por una vida de la que encima no debe quejarse

porque sabe que tiene más de lo que muchos quisieran;

 

de la carga de culpabilidad y vergüenza cuando piensas

que eso ya tenías que tenerlo controlado.

Hablaba de la incapacidad de conciliar con gracia

responsabilidades que ella misma había elegido.

 

 

Y aunque lo que contaba se oye en esta profesión con bastante frecuencia,

su historia de pronto ha traído a pantalla la mía propia;

vivencias que aunque pasaron hace ya mucho y parecen retazos de la vida de otro

de pronto puedo recordar con enorme claridad.

 

Por lo visto me había olvidado de “El Bicho”

 

Es el nombre que le di para poder mirar de frente

a la inexplicable agitación que parecía producida

por un enjambre de insectos moviéndose en el interior de mi cuerpo;

al hueco descarnado que crecía conforme me iban royendo;

a esa quemazón desolada por dentro.

 

Era como un alien que siempre estaba ahí

pero que a veces dormía.

 

En esos momentos la vida se hacía llevadera,

pero cuando despertaba…

 

Recuerdo también el intento desesperado de tapar aquel agujero

con tapaderas de diversa índole, algunas más socialmente aceptadas que otras;

cada una con su precio.

 

Recuerdo,

y mis ojos se humedecen agradecidos mientras escribo esto,

que llegué a pensar que nunca podría salir de allí.

 

 

Sé que hay historias infinitamente más duras que la mía,

que soy una privilegiada porque la vida me preservó manteniéndome a salvo,

permitiéndome aprender de los errores ajenos,

impidiéndome enfangarme y perderme

en dinámicas y mundos que se llevaron por delante a otros.

 

Mi historia, comparada con muchas que he visto de cerca

es una historia light,

pero creo poder asegurar que sé qué aspecto tiene el infierno.

 

 

La ansiedad, hasta donde yo he podido ver

y según cuentan los que sabenandrew neel 209619 opt 300x200 - ANSIEDAD Y ESTRÉS: PIÉRDELES EL MIEDO!!!

es producto de la insatisfacción.

 

Es una de las llamadas de atención que nos lanza nuestro interior

para que descubras quien eres y qué has venido a hacer aquí;

para que no olvides tus sueños.

 

 

Y como al parecer todo, absolutamente todo se agrupa en familias,

sea de la clase que sean,

la ansiedad suele, aunque no siempre, hacer piña con el estrés.

 

Dependiendo de si van juntos y de cómo de grande sea éste último

puede presentarse esa maraña de síntomas aterradores

por los que la mayoría de la gente acaba acudiendo al médico:

 

-Insomnio

-Taquicardias

-Problemas respiratorios

-Dolores de todo tipo

-Mareos y pérdidas de equilibrio

-Fobias…

 

Da miedo;

mucho miedo!

 

De hecho es el miedo quien vive oculto en la raíz de este siniestro panorama.

 

Miedo a la muerte representada de mil maneras en forma de enfermedad,

de dolor, de invisibilidad, de fracaso, de abandono…

 

Y miedo a la vida:

-“¿Y si ocurre?…”

-“¿Y si no ocurre?…”

-“¿Me atreveré?”

-“¿Y si no me atrevo?…”

 

-“Y si  me esfuerzo más, corro más, experimento más,

¿conseguiré  más?…

¿me sentiré satisfech@ entonces?…

¿Podré?”

….

 

Miedo, Ansiedad, Estrés…

Corta la respiración de solo pensarlo!!!

 

 

Además los juicios sobre ello no ayudan nada.

 

Es fácil que en el fondo creas que eso te pasa porque eres débil

y te sientas avergonzad@, como le pasa a mi amiga, de que esto esté ahí,

culpándote en secreto de no tener la capacidad de controlarlo.

 

Y surge el impulso desesperado de escapar, (a veces al precio que sea!).

Pero la única manera de no perder esta partida es comenzar por mirar tu situación de frente y tener claro dónde estás.

 

El estrés se produce cuando “queremos estar allí mientras estamos aquí”

 

cuando tu pensamiento corre más que tus actos

y escuchas más a tus exigencias internas

o las presiones del entorno

que a tus necesidades.

 

Y es cierto que está comprobado que el tan traído y llevado estrés mantenido en el tiempo,

es un factor determinante en muchísimas enfermedades,

pero nos han contado que el estrés es siempre malo

y al parecer no es así.

 

Según Kelly McGonigal,

una de mis investigadoras favoritas en materia de psicología,

ella misma apoyó esta idea durante años para acabar descubriendo

que lo que convierte el estrés en algo muy nocivo no es tanto su bioquímica

como el significado que tenga para nosotros.

 

En sus libros y fantásticas conferencias (que te recomiendo encarecidamente)

explica cómo los síntomas derivados del estrés son una respuesta adaptativa de primer orden

que nuestro cuerpo emplea para volvernos más capaces

y funcionales ante los desafíos.

 

Esto tiene sus raíces en nuestra biología primitiva:

si estás en peligro necesitas que aumente tu ritmo cardíaco y tu respiración

para obtener un aporte de oxígeno extra y que tu sangre inunde brazos y piernas

para permitirte “luchar o huir”.

 

Si interpretas estos síntomas como algo amenazador entras en pánico

y favoreces una respuesta negativa por parte del organismo.

 

Pero si comprendes que son la forma que tiene tu sistema

de preparase para mayores niveles de intensidad

puedes realmente ponerlos de tu parte.

 

Y aquí

el sentido que para cada uno tenga la situación desencadenante

es totalmente decisivo

 

Cuando estamos envueltos en proyectos o acciones

que tienen un gran valor y significado para nosotros,

la respuesta del cuerpo es radicalmente diferente

de cuando nos vemos sometidos a una presión que rechazamos

o que sentimos que no tiene razón de ser.

 

Esta es la clave del asunto.

El estrés puede ser un veneno que te mate

o una barrita de cereales

que te da un chute de energía incomparable para obtener tus objetivos

(solo que en este último caso le cambiamos el nombre llamándolo “intensidad” o “motivación”)

 

 

Y sé que esto, por lo menos para mí es cierto cien por cien.

 

Aunque mi vida es como un acto de malabarismo

en el que pretendo mantener en el aire

una enorme variedad de pelotas de todos los colores

(una familia de siete personas con dos abuelos incluidos;

una casa descomunal con su hipoteca a juego;

un centro que gestionar sin tener demasiada experiencia al respecto,

clases diarias dentro y fuera de él;

un blog en el que escribir,

montones de habilidades nuevas que aprender para ello;

un idioma más que complejo que estudiar…

(y alguna cosa más que se me olvida)

no me considero en absoluto una persona estresada

– y los que me rodean creo que tampoco! XD-

 

Atareada sí, mucho;

pero la importancia y el significado que tiene para mí lo que hago

marca la diferencia,

y me proporciona el combustible necesario para avivar el fuego de mi entusiasmo

de forma absolutamente determinante.

 

 

Crear significado en nuestras vidas,

aunque implique enfrentarse a incómodos desafíos,

es mucho más saludable que conformarse con una versión light de nosotros mismos

en un intento de eludir las dificultades.

 

Las emociones y los estados derivados de ellas

solo se vuelven verdaderamente abrumadores

y te desbordan

cuando no eres consciente de su presencia

y permites que crezcan hasta hacerse más grandes que tú.

 

Saber esto no te va inmunizar

de verte zarandead@ por la marea de las emociones humanas,

pero

pierre t lambert 340774 1 300x200 - ANSIEDAD Y ESTRÉS: PIÉRDELES EL MIEDO!!!aunque no vas a poder detener las olas

sí puedes aprender a surfearlas!

Si te das cuenta de los sentimientos que se están generando en ti

y tomas las riendas haciéndote cargo de ellos

es muy improbable que te secuestren.

 

La urgencia y el miedo son desagradables, pero no te matarán mientras te mantengas Presente;

eso que te contaba en el artículo sobre Mindfulness.

 

 

Es la Presencia lo que te ayuda a aguantar el tirón

cuando aparece esa urgencia imperiosa que parece ineludible y que sin embargo

acaba cediendo con sorprendente facilidad si le pierdes el miedo y la miras de frente

con la determinación inamovible de no dejarte embaucar.

 

La pregunta es:

¿Quién va a ser más grande,

El Bicho o tú?

Es cuestión de tomar las riendas

para dirigir tu carreta por el camino que tú eliges.

 

Y si no te sientes capaz, que a veces pasa,

 pide ayuda!priscilla du preez 234138 opt 300x200 - ANSIEDAD Y ESTRÉS: PIÉRDELES EL MIEDO!!!

Como nos cuenta Ms. McGonigal en su conferencia,

algo mágico ocurre cuando lo hacemos.

 

Somos mamíferos,

necesitamos de nuestros congéneres para sumar fuerzas, para nutrirnos.

 

A mí me nutre saber que leerás esto.

Ojala a ti te nutra lo que te cuento!!!

XOXOXO

Imágenes: Andrew Neel; Anton Repone; Priscila Du Preez

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