Hay momentos en la vida en los que sientes claramente que necesitas un cambio.
No sé si a ti también te pasa, pero yo al menos con una cierta frecuencia pienso que puedo/debo ser mejor de lo que soy, y entonces siento un impulso irrefrenable de actualizarme.
Y aunque esto que acabo de decirte en el sentido más riguroso no es posible – lo que de verdad somos ( nuestra esencia) es en sí misma perfecta, inalterable e inmejorable-, a nivel práctico y cotidiano es indispensable si queremos sentirnos verdaderamente satisfechos con nosotros mismos y nuestra vida.
Y no es necesariamente porque las cosas vayan mal -que a veces si-
Puede que, como dice el budismo, “estés enfermo de estar enfermo”: hasta las mismísimas narices, y más arriba de algo que ya huele; completamente harta como estaba yo cuando decidí hace mucho dejar de fumar de una vez por todas.
Pero otras veces la necesidad de cambiar surge de la profunda reflexión sobre tres cuestiones fundamentales:
– ¿Lo qué estoy haciendo con mi vida encaja con mi ideal?
-¿Cubre mis necesidades profundas?
-¿Apoya el pleno desarrollo de mi potencial?
(que en el fondo son tres maneras de decir lo mismo).
Cuando la respuesta que das a alguna de estas tres cuestiones es mejorable ha llegado el momento de dar un salto y cambiar.
Y esto no es nada nuevo.
El lucidísimo psicólogo Abraham Maslow, famoso sobre todo por su pirámide de necesidades https://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_de_Maslow
colocó en la cúspide de ella el anhelo de Autorealización o Actualización de sí mismo.
Esto significa que cuando todo lo demás está resuelto (subsistencia, seguridad, lo social y lo afectivo) lo siguiente que necesitamos desarrollar es nuestro propio potencial en un acto de autosuperación permanente que nos dota de autonomía, independencia y autocontrol.
Puedes plantarte si quieres antes de llegar a este paso que es la guinda del pastel según Maslow, pero será difícil que te sientas completo y satisfecho si lo haces.
Y para actualizar tu potencial necesitas un punto de inflexión:
crear un antes y un después en tu vida.
Y CÓMO LO HAGO??
Crear de forma voluntaria un antes y un después tiene, al menos para mí, unos pasos muy claros que se repiten de forma invariable sin importar en qué punto de mi vida me encuentr ni a dónde quiera ir.
1*- SABER DONDE ESTÁS
Lo primero, sí o sí, es saber dónde estás, qué te pisa el cayo para que quieras cambiarlo, y de paso investigar cómo has llegado hasta ahí.
Me remito una vez más a la frase de mi querido Moshé Feldenkrais que dice que ”no puedes hacer lo que quieres a menos que sepas lo qué estás haciendo”;
o lo que es lo mismo: no puedes ir donde quieras a menos que sepas donde estás!.
Así que una por una empezar con la realidad de tu situación.
Puedes coger papel y boli y sentarte tranquilamente a reflexionar sobre dos cuestiones fundamentales:
-Lo que consideras que necesitas mejorar en tu vida
-Qué tipo de planteamientos y acciones te han traído hasta aquí.
Esto nos lleva inevitablemente al siguiente paso
2*-GENERAR PERSPECTIVA
Es difícil saber qué aspecto tiene el valle cuando estás dentro de él.
Incluso aunque no estés en el mismo fondo necesitarás distanciarte para poder verlo en su totalidad.
Observa tu vida como si fuese la de otro.
Cuéntate tu historia en tercera persona:
“Ana es una mujer así y asao, que vive nosecomo y trabaja de…”
“Ella siente… y actúa de este modo…”
“Los que le rodean le dicen que… y entonces ella…”
“Su nivel de satisfacción con respecto a su vida y a su persona es…”
“Estos son los sueños de Ana…”
Si quieres puedes contrastar tus observaciones preguntándole a alguien en quien confíes, que te quiera y que te conozca bien. Ten en cuenta que subir a una cumbre desde donde puedas ver dónde te encuentras requiere a veces de habilidades o fortaleza que aún no has desarrollado y eso, aunque no siempre, muy muy a menudo pasa por buscar ayuda.
3*- BUSCAR AYUDA
Este es un requisito absolutamente imprescindible en mi vida.
Cuando necesito dar un salto siempre me apoyo en alguien más sabio que yo.
Pueden ser personas, libros, o prácticas que me lleven más allá de donde soy capaz de ir por mí misma. Porque sé que yo sola puedo como mucho combinar los elementos que ya tengo y producir, con ligeras variantes, más de lo mismo.
Es como llevar una temporada cocinando distintos platos con la misma media docena de ingredientes. Por muy creativo que seas, para producir algo diferente tendrás que acabar introduciendo algo con lo que no contabas hasta la fecha, y ese algo, o tienes un flash de lucidez muy claro o suele venir de afuera.
Cuando aprendiste a leer casi seguro que necesitaste ayuda, recuerdas?
4*- SABER DONDE QUIERES ESTAR
Para esto es necesario que conectes con tus necesidades y deseos profundos.
Pero no como algo difuso y lejano sino como algo muy práctico y concreto que contempla qué anhela tu corazón y las acciones que tendrías que realizar para llegar hasta allí.
Que esto no te asuste porque en última instancia en lo único en lo que te tienes que concentrar es en la acción más inmediata que tendrás que emprender para encaminarte hacia donde deseas.
Y por último, para recoger tanto tu intención como la información que has recopilado, antes de ponerte en marcha necesitarás generar un espacio que contenga todo ello para que no se disperse a la primera de cambio.
5*- GENERAR UN ESPACIO “SAGRADO“
Lo de sagrado puede ser absolutamente literal o no, dependiendo de la profundidad y la importancia de lo que quieras conseguir. Pero de lo que no cabe duda es que es necesario adjudicar un tiempo, un espacio y unas condiciones que sustenten y sirvan de contenedor al cambio que quieres producir.
Esto puede pasar por cambiar de espacio físico, como unas vacaciones o un retiro, donde interrumpir tus quehaceres cotidianos te dé espacio para reflexionar; pero no tiene por qué ser necesariamente así.
Puedes hacerlo sobre la marcha en tu día a día, que es a fin de cuentas la cancha donde al final vas a jugar el partido.
En cualquier caso:
-Define qué quieres conseguir, escríbelo y ponlo en un lugar donde lo veas. Si no quieres que los demás lo sepan elije algo que simbolice tu objetivo y te lo recuerde.
-Especifica muy claramente qué tipo de acciones tienes que llevar a cabo para conseguir lo que quieres, cuando y cómo las harás.
-Prevé, esto es muy importante, los inconvenientes y las dificultades que surgirán –por supuesto que surgirán!- y qué harás cuando te encuentres con ellos.
-Además asegúrate de contemplar ese espacio no como un fastidio o algo pesado sino como el regalo que te haces a tí misma para poder cumplir tu objetivo.
Y todo esto con una advertencia muy muy clara
NO HAGAS CONCESIONES!
Sabías que es más fácil mantener un compromiso al 100% que el mismo compromiso al 95%??
Pues si!, y esto es así porque cuando la implicación es totalmente total, sin excepciones de ningún tipo, no tienes que andar decidiendo y negociando contigo misma cuando será la vez en la que te lo vas a saltar. Tu compromiso es siempre y en paz!
Además así no hay peligro de que cojas carrerilla como les pasa a los que después de un montón sin fumar cogen un cigarrito un día, otro otro día… y se lía!
Si esto se te hace demasiado duro especifica con mucha claridad los periodos de “descanso” y cúmplelos a rajatabla.
EN RESUMEN
En líneas generales puedes aplicar estos pasos a cualquier tema y a cualquier situación, eso sí con una seriedad absoluta en cuanto a tu implicación – si vas a andar a medias es mejor que lo dejes para cuando de verdad, de verdad tengas ganas porque las medias tintas lo único que hacen es destruir tu motivación y tu buen concepto de ti.
Regálate lo mejor que puedas aportarte para ser quien quieres ser
Descubrirás que no hay nada más satisfactorio en el mundo que ser fiel a ti mismo/a!!!