Dale la Bienvenida a la Nueva Versión de Ti
Nos acercamos al uno de enero, la fecha mágica de los buenos propósitos en la que tu sabiduría interior espera empezar a materializar aquellas cosas que sabes que necesitas.
Parecía lejano hace un par de meses pero de pronto te encuentras con que tu plazo está a la vuelta de la esquina. Queda muy poco para que empezar a dejar ir esas cosas que te tocan las narices y ponerte por fin las pilas con los cambios que llevarán tu experiencia de ti mism@ al siguiente nivel, pero eso a veces se presenta muy cuesta arriba.
En este artículo te propongo un sencillo plan estratégico que te acompañe y te apoye en tu proceso de cambio y así te resulte no solo menos arduo sino incluso gozoso el trabajo de convertirte en una mejor versión de ti.
Lo que crees y lo que haces
Tu personalidad está construida en base a tu biblioteca de vivencias y recuerdos, lo que piensas, lo que sientes y lo que haces.
Y es tu personalidad quien crea tu realidad.
Quédate con esto porque es una clave importante
Contrariamente a lo que solemos pensar no son tus circunstancias ni la suerte, sino tu conciencia y tus acciones las que crean el futuro de tu vida.
Es lo que tu mente admite como posible y las decisiones que materializas en consecuencia lo que determina cómo será para ti el día de mañana.
Así que si quieres cambiar de rumbo para navegar hacia un mañana mejor tendrás que empezar por cuestionarte lo que piensas, lo que sientes y lo que haces y comprobar sin aspavientos ni culpabilidades si te convence o no cómo funciona en la actualidad esta persona que eres.
En caso de que concluyas que hay cosas que deberían cambiar puede ser buena idea que empieces a investigar los programas y las creencias limitantes que hacen que pienses, sientas y actúes como lo haces y que te han llevado a tener una vida que no acaba de satisfacerte.
Puede que escondidos en los recovecos de tu inconsciente haya fantasmas que te cuentan todo tipo de historias oscuras sobre tu valía, tu capacidad o la posibilidad de conseguir tus sueños…
Identificar lo que se interpone entre la persona que eres y la que quisieras ser es para mí un paso necesario para poder emprender nuevas acciones que sustituyan a las que no te sirven, tener nuevas experiencias que te satisfagan más y cambiar tu vida para que sea lo que tú quieres que sea.
No pretendo decir con esto que siempre haya que ponerse a revolver en tu pasado para moverte hacia adelante, pero si hay algo que boicotea tu avance desde la sombra va a costarte mucho más progresar.
Una vez que tengas claro qué entorpece tu camino será más fácil activar los mecanismos que te ayuden en tus propósitos de crecimiento.
El fundamento de este cambio es simple (aunque no quiere decir que vaya a ser fácil!):
necesitas experimentar una y otra vez nuevos patrones de pensamiento, de sentimiento y de acción que sean coherentes con tus objetivos para poder crear una nueva personalidad y por tanto una nueva realidad para ti.
En su libro “How succesful people think” (como piensa la gente de éxito) el aclamado autor John Maxwell nos revela que la diferencia básica entre la gente de éxito y el común de los mortales es su manera de pensar.
Hay varias formas de pensamiento que diferencian a unos y a otros y en ellas está la clave
Una de las más relevantes tiene que ver con enfocar la atención de forma muy muy precisa en lo que quieres conseguir; marcarse un objetivo realista y super específico que te ayude a mantenerte centrado en tu meta con la misma intensidad con la que un jugador de baloncesto busca el aro.
Y en las líneas de arriba está escondida otra de las claves fundamentales del asunto: OBJETIVOS.
La importancia de plantearte una meta clara
Pero no te confundas, definir tus objetivos tiene poco que ver con ese ejercicio impreciso y tambaleante que efectuamos a menudo; “me gustaría esto”, “me gustaría lo otro” no es suficiente si lo que buscas es eficacia.
Un objetivo no solo te obliga a definir con absoluta claridad lo que deseas obtener sino que también te ayuda a enfocarte en los pasos que tienes que dar para conseguirlo.
OBJETIVOS y ENFOQUE (centrado) se apoyan recíprocamente.
Para dar lo mejor de nosotros mismos y llevar una vida satisfactoria y significativa necesitamos objetivos hacia los que apuntar, y cuanto más específicos e inmediatos sean mucho mejor.
Frecuentemente nos marcamos metas tan generales o tan grandes que a los pocos días o semanas nos sentimos desmotivados y abandonamos.
El quiz de la cuestión está en descomponer el objetivo general en metas más pequeñas que puedan ir cumpliéndose poco a poco en fases coherentes unas con otras.
El plan tendría más o menos esta pinta
1.- Pienso en un objetivo claro que vaya en la línea de mis sueños, y que quiero conseguir, digamos, en el próximo año:
¿Qué me gustaría haber logrado para el 1 de Enero de 2019?
Y descompongo mi gran meta en fases o etapas
2.-¿Dónde me gustaría estar dentro de 6 meses en relación con mi objetivo?
3.- Me acerco un poco más al momento presente
¿Qué espero haber logrado dentro de tres meses?
4.-Vienes un poco más cerca:
¿Hasta donde quisiera haber progresado en el plazo de un mes?
5.- Ahora ya entras en la esfera de lo muy próximo…
¿Qué me gustaría estar ya haciendo con respecto a mi meta la próxima semana?
6.-Para pasar a la esfera de lo inmediato
¿ Qué tengo que hacer HOY para alinearme con mi sueño/ meta?
7.-Y finalmente llegar al único momento en el tiempo que de verdad importa y sobre el que puedo tener algún control:
AHORA!
¿Qué tipo de comportamiento, pensamiento, sentimiento, actitud tengo que producir AHORA para empezar a cumplir y ser coherente con mi objetivo de hoy?
( y que el objetivo de hoy sea coherente con el de mañana, el de mañana con el de la semana, el de la semana con el de este mes, el del mes con el trimestre, y con el del semestre, y éstos con mi GRAN OBJETIVO!)
No importa lo grande que sea lo que quieras conseguir ni el plazo en el que esperes hacerlo, (recuerdas que te lo contaba en el artículo de los Dominós?) lo importante es tener muy claro los pasos que quieres dar pero centrarte única y exclusivamente en la pequeña acción que puedes realizar en este momento, poner todas tus ganas y todo tu corazón en ello y dejar el resto para cuando llegue…
Teniendo esta filosofía de actuación verás extremadamente clara cuál será tu próxima jugada y esto te obligará a enfocarte en lo único sobre lo que puedes actuar; y también disolverá las distracciones que acaban arruinando el mejor de los propósitos.
¿Y cuando surjan los desafíos?
Las distracciones, las caídas de voluntad y las concesiones no son algo que se pueda evitar intentando no prestarles atención y esforzándote por apartarlas. Son mucho más persistentes que todo eso.
Si de verdad quieres tener un arma poderosa para mantener tu motivación y tu disciplina necesitas recordar constantemente y tener tus ojos clavados en lo que es verdaderamente fundamental para ti, la parte más preciada de tu ideal, lo que te inspira, lo que te motiva para querer llevarlo a cabo.
Así que recuerda tu propósito más querido y realiza la acción inmediata que te alinee con él.
Además centrarte en la acción inmediata te proporciona un información instantánea, no tienes que esperar nosecuanto a ver resultados ni suponer cuál ha sido el efecto, sabes inmediatamente si has conseguido hacer lo que esperabas de ti… o una vez más te has liado! 🙂
El éxito comienza antes
Pero actuar “solo” es una fase del proceso, una fase fundamental, pero la fase final.
Si quieres ser una persona nueva y quieres llegar a actuar como ella, también tendrás que pensar y sentir como lo haría esa persona.
Como explica el Dr. Joe Dispenza en su libro “You are the placebo” (El placebo eres tú)
“Cuando empiezas a pensar y a actuar de una forma distinta, en tu cerebro se crean y se disparan circuitos diferentes; estás activando nuevas redes neuronales.
Y haciendo que tu cerebro trabaje de forma distinta estás cambiando tu mente.
Conforme empiezas a salirte del viejo patrón de siempre tus nuevos pensamientos te llevarán a nuevas acciones, nuevas actitudes, nuevas experiencias y nuevas emociones. Así tu identidad empieza a cambiar también”
Así que resumiendo
*-IMAGINA lo más claramente posible como sería es esa persona en la que te gustaría convertirte. Detalla qué piensa, que siente qué hace… y EMPIEZA A ACTUAR ASÍ!
No importa que no lo sientas.
Haz “como si”
Todo lo nuevo se nos hace extraño; no esperes que te resulte familiar hacer cosas que no haces habitualmente… y tal vez no hayas hecho nunca!
*- Márcate un OBJETIVO, (solo UNO, para que tu foco sea claro) coherente con tus sueños y adjudícale un tiempo realista en el que quieres conseguirlo.
*- Traza el PLAN de cómo vas a conseguirlo siguiendo el esquema de arriba.
*- Céntrate en la ACCIÓN que puedes tomar AHORA y HAZLA! (sin escusas, sin opciones).
*- Y cada vez que te veas volviendo a tu vieja pauta RECUERDA TU IDEAL!
Recuerda la persona en la que quieres convertirte y actúa como ella.
*- Y luego REPITE el proceso de arriba 365 días seguidos
El éxito está asegurado! 🙂
Maxwell insiste en que un sistema que funciona no es más que una buena estrategia repetida una y otra vez, una y otra vez….
Decide qué es lo que funciona para ti y repítelo incansablemente!
Me encantará que me cuentes en qué has aplicado estas ideas y cuál ha sido tu estrategia.
FELIZ VIDA NUEVA!!!
“Cuanto más claro tengas lo que quieres
más posibilidades tendrás de conseguirlo”
(Billy Cox)
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